Definitivamente en el hombre duplicado, el autor, José Saramago
logra impresionar y captar la atención de un lector con la fluidez de una prosa
sin espacios, por decirlo de alguna manera. Cuando se habla de espacio, en esta
ocasión, se hablara de dos tipos de espacio, la primera, la de su discurso
fluido y poco fragmentado, ese que no permite ver los pasos agigantados de un
lugar a otro, quizás porque el autor, en consecuencia con la inserción o las
menciones de películas, logra darle un toque cinematográfico a la obra, de modo
que guarda aclaraciones de escenas con la continuidad propia del cine, lo cual
causa el no pararse de esta gran pantalla que está proyectando “El Hombre
duplicado” por José Saramago, esta la segunda acepción concerniente al espacio.
De modo que esta obra con seguridad que permite una lectura rápida,
con un lenguaje sencillo, captará sin lugar a duda la atención del lector,
proporcionará la oportunidad de generar cambios en el pensamiento y sin vacilación
lo llevará a la pregunta sobre el valor de las causas y los efectos, un
ejercicio de narcótico razonamiento.